
En estos tiempos se habla de empoderamiento de la
mujer, maternidad sin riesgo, perspectiva de género, movimientos feministas,
sobre todo cuando se cuestiona o se pone en riesgo los derechos fundamentales
de la mujer, y por supuesto de todo ser humano, y que muchas veces mas que
acercarnos a una visión integral que valore a la mujer y al hombre, pareciera
ser que lo contrapone.
Es el momento de reconocer la grandeza del ser
humano que se pone de manifiesto en los géneros masculino y femenino,
diferentes pero iguales. Diferentes por ser por una parte mujer y por otra
hombre, e iguales, por la misma dignidad.
Dejemos de pensar en sexo fuerte o débil, hay que
reconocer en cada quien su rol y sus funciones, no estamos en batalla hombre vs
mujer; es hablar de complementariedad, en donde lo femenino enriquece y
complementa lo masculino y viceversa.
Celebrar el día de la madre no es regalarle
planchas, lavadoras u otros enseres domésticos, (visión machistas y egoísta);
es reconocer el papel fundamental de ser madre, esposa, mujer, en la
fundamentación de la familia a través de la trasmisión no solo de la vida, sino
de los valores.
Celebrar el día de la madre es devolverle lo que le
pertenece a la mujer en una visión humanista e integral en donde hay que
destacar la igualdad entre la mujer y el hombre, y reconocer sus
diferencias, en una colaboración conjunta
en la construcción de la sociedad.
Pbro. Lic. Saúl Ragoitia Vega
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