domingo, 24 de febrero de 2013

LA TRANSICIÓN DEL PAPADO O LA SUCESIÓN APOSTÓLICA


Muchos pretenden ver la vida de la Iglesia con  criterios puramente humanos, siendo que, sin excluir esta visión, es vital la fe. Es por eso que no hablamos de una simple transición, sino de la Sucesión Apostólica.

En este sentido, la renuncia del Papa, la próxima sede vacante, y la elección del nuevo Papa, nos invita a hacer una reflexión con ojos de fe:

1. Hay que pasar de la sorpresa ante la renuncia del Papa, al agradecimiento por sus ocho años de pontificado, que sin lugar a dudas han dejado una gran huella, que vino a revitalizar la vida eclesial y su presencia en el mundo.

2. Del sentimiento de “supuesta crisis eclesial frente a toda su problemática”, a profundizar en toda la herencia magisterial que vino a dar respuesta a las situaciones que han herido a la iglesia y que la han fortalecido; recordemos las tres grandes encíclicas: 
  • Dios es amor (Deus caritas est), 
  • Salvados por la esperanza (Spe Salvis) y 
  • Caritas in veritatis; 
      las exhortaciones apostólicas:
  • Sacramentum Caritatis (Sobre el valor de la Eucaristía), 
  • Verbum Domini (la Palabra en la vida y misión de la Iglesia, 
  • Africae munus (La Iglesia en Africa), 
  • Ecclesia in Medio Oriente (La Iglesia en medio oriente); 
y el último sínodo sobre la nueva evangelización; su innumerables mensajes para las diversas jornadas, particularmente sobre la comunicación social; su viajes apostólicos, como olvidar su presencia en México. Y la manera en que enfrento la situaciones de crisis con gran celo pastoral.

3. De la especulación  hay que pasar a la verdad y a la oración, dejándonos de estar imaginando cosas, y concentrarnos en oración por el próximo cónclave para la elección del nuevo Papa, que sin duda pone de manifiesto, que quien guía a la Iglesia es Jesucristo, Sumo Pontífice.

Pbro. Lic. Saúl Ragoitia Vega

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