
En este sentido, la renuncia del Papa, la próxima sede
vacante, y la elección del nuevo Papa, nos invita a hacer una reflexión con
ojos de fe:
1. Hay que pasar de la sorpresa ante
la renuncia del Papa, al agradecimiento por sus ocho años de pontificado, que
sin lugar a dudas han dejado una gran huella, que vino a revitalizar la vida
eclesial y su presencia en el mundo.
2. Del sentimiento de “supuesta
crisis eclesial frente a toda su problemática”, a profundizar en toda la
herencia magisterial que vino a dar respuesta a las situaciones que han herido
a la iglesia y que la han fortalecido; recordemos las tres grandes encíclicas:
- Dios es amor (Deus caritas est),
- Salvados por la esperanza (Spe Salvis) y
- Caritas in veritatis;
- Sacramentum Caritatis (Sobre el valor de la Eucaristía),
- Verbum Domini (la Palabra en la vida y misión de la Iglesia,
- Africae munus (La Iglesia en Africa),
- Ecclesia in Medio Oriente (La Iglesia en medio oriente);
3. De la especulación hay que pasar a la verdad y
a la oración, dejándonos de estar imaginando cosas, y concentrarnos en oración
por el próximo cónclave para la elección del nuevo Papa, que sin duda pone de
manifiesto, que quien guía a la Iglesia es Jesucristo, Sumo Pontífice.
Pbro. Lic. Saúl Ragoitia Vega
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