
Pero
¿de qué “amor” estamos hablando, sobre todo en una sociedad en que se ha
manoseado el concepto, reduciéndolo a un mero sentimiento, a un objeto de
consumo, a una cuestión meramente sexual?
Es
claro, que el amor, va mas allá de todo esto, pues es una cuestión existencial,
que trasciende a toda la persona; ya San Pablo lo describe señalando 15
características:
- Es comprensivo
- Es servicial
- No tiene envidia
- No es presumido
- Ni se envanece
- No es grosero
- Ni egoísta
- No se irrita
- Ni guarda rencor
- No se alegra con la injusticia, sino que goza con la verdad
- Disculpa sin límites.
- Confía sin límites
- Espera sin límites
- Soporta sin límites
- El amor dura por siempre.
Dentro
de esta lógica es posible creer que el amor es darlo todo, sin esperar nada a
cambio, pues es generosidad; quien espera algo, si es defraudado, se verá frustrado;
por eso es incondicional, incluso nos lleva a aceptar al enemigo, hasta dar la
vida.
Todos
tenemos la necesidad de vernos amados y la capacidad de amar, es un elemento
constitutivo de nuestra humanidad, por eso, el mandamiento mas grande es el
Amor a Dios, al prójimo como así mismo; pero el amor como una decisión, por tal
motivo supone un acto de la conciencia, de la libertad y conlleva una gran
responsabilidad que nos lleva a ser constructores de la civilización del amor.
Pbro. Lic. Saúl Ragoitia
Vega
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