
Las especulaciones comenzaron a surgir, cuando en
verdad el Papa fue suficientemente claro en su mensaje, como para comprender
los verdaderos motivos por los cuales dejaba el pontificado que sin duda nos
deja una gran enseñanza de humildad y de amor por la Iglesia.
De humildad, al reconocer su fragilidad corporal mas
no espiritual; lo que lo mueve no es el poder, como para eternizarse en un
puesto de tan gran envergadura, sino el servicio a la Iglesia.
De amor por la Iglesia, pues a sabiendas de los
grandes retos y exigencias del mundo, reconoce la necesidad de un nuevo Papa
que tenga todo el vigor corporal y espiritual para gobernar, enseñar y
santificar a la Iglesia.
Que nuestra sorpresa se transforme en agradecimiento
por sus ocho años de pontificado, que sin duda, deja una gran herencia
testimonial y magisterial. Es el momento de retomar y meditar en toda la
enseñanza que nos ha dejado, particularmente para este Año de la Fe.
Como católicos unámonos en oración por S.S.
Benedicto que se retirará a la vida contemplativa y pidamos por el próximo
conclave para que los cardenales a la luz del Espíritu Santo disciernan sobre
quien será el nuevo Sumo Pontífice que guiará a la Iglesia Católica.
Pbro. Lic. Saúl Ragoitia Vega
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