domingo, 13 de enero de 2013

RECONOCER A CRISTO EN EL ROSTRO DE LOS ENFERMOS



El pasado 8 de enero se dio a conocer el mensaje del Papa Benedicto XVI, con ocasión de la XXI Jornada Mundial de los enfermos a celebrarse el 11 de enero.

En nuestros días el tema de la salud, se ha complicado, da “miedo enfermarse”, no solo por el hecho mismo de perder salud, sino por lo que cuesta tratarse.  Además, dentro de la lógica del mundo, en donde la persona aparentemente vale por lo que hace o produce, el enfermo pasa a ser incomodo o una carga para algunos, o simples clientes para otros. Pero desde la realidad misma del enfermo, es una cuestión existencial en donde se pregunta no solo el ¿por qué de la enfermedad?
sino el ¿para qué?.

La visión de la Iglesia nos ofrece no solo el consuelo sino el sentido del sufrimiento humano, hoy el Papa nos invita a hacernos cercanos con el enfermo; al menos en su mensaje hace un triple llamado:

1º. Reconocer a Cristo en el rostro de los enfermos.

2º. Imitar al Buen Samaritano: “Anda y haz tú lo mismo”.

3º. Entender el sentido del sufrimiento humano a la luz del misterio de la Cruz.

Por eso, la importancia de esta jornada, pues es “un momento fuerte de oración, participación y ofrecimiento del sufrimiento para el bien de la Iglesia”,  ayudando a las personas enfermas a valorar el sufrimiento desde el punto de vista humano y espiritual.

Y los que tenemos salud, que la cuidemos, no vaya a pasar que en nuestro afán por este mundo material: perdamos la salud para tener dinero y luego perdamos el dinero para obtener salud.

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