sábado, 1 de julio de 2017

Iglesia Peregrina


1 de julio de 2017, San Francisquito, Qro.

Boletín Parroquial Missio, n.14


Nuestro pueblo, es un pueblo peregrino, le gusta “caminar”, sobre todo a los santuarios para encontrarse con Jesus y con la Virgen María; miles de peregrinos dedican hasta semanas para agradecer, pedir, “pagar un manda” o simplemente por su fe y amor.

Esta expresión de fe de nuestro pueblo pone de manifiesto una verdad acerca de nuestra Iglesia, somo “Iglesia Peregrina”, haciendo referencia a todos los fieles que caminamos por este mundo a la Patria celestial, al cielo.

Veamos algunas características de este peregrinar:

1.   La esperanza: es un caminar-peregrinar que pone su esperanza en la meta final que es el Reino de los cielos. Esperanza que nos impulsa y alienta a enfrentar todo tipo de obstáculos, sabiendo que es Jesús mismo que nos acompaña y sotiene, pues Él es el “camino”, que nos guía por la verdad y la vida.

2.   Caminamos juntos, no vamos solos, es el sentido de comunidad ¡ay de aquel que camine solo, pues cuando tropiece no habrá quien lo levante!.

3.   Caminamos escuchando, como los peregrinos de Emaús, a quienes Jesús les explicó todo lo que las escrituras decían acerca de Él; no puede faltar la Palabra de Dios en nuestro caminar, pues es luz que ilumina el camino más oscuro, y que nos ayuda a no tropezar.

4.   En oración y canto, como diálogo de encuento cotidiano con quien sabemos que nos acompaña en nuestro peregrinar.

5.   Alimentándonos, tal como se expresa en la procesión cuando comulgamos en misa, (no es hacer “fila”); es una verdadera expresión de nuestro peregrinaje, donde somos alimentados con el “pan del cielo”, para resistir la tentación y vernos libres del mal. La Eucaristía verdadero alimento que nos sostiene, sobre todo en los caminos más agrestes de la vida.

6.   En solidaridad, ya que no podemos ser indiferentes con el que camina a mi lado, mucho menos con el que se encuentre tirado a la orilla del camino, recordemos al Buen Samaritano, excelente expresión de nuestro caminar solidario (no solitario).


7.   Como testigos, ya que nuestro paso no solo tiene que dejar huella, sino que tiene que ser un paso alegre, decidido, firme y vigoroso, pues somos portadores de una gran noticia, es decir del Evangelio mismo, pues somo testigos; de tal manera que por donde quiera que pasemos dejemos la dulce fragancia de la presencia de Dios, recordemos que fuimos ungidos con el santo crisma “perfumado”.

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