viernes, 1 de diciembre de 2017

“Aquí no es mesón, sigan adelante”

1 de diciembre de 2017, San Francisquito, Qro.

La Voz del Párroco, Boletín Parroquial Missio, n.19


Así versa el canto de la posada, y no es más que la expresión del egoísmo que la humanidad vive; la indiferencia ante el necesitado, la falta de generosidad ante quien estira la mano para pedir una moneda para comer; cada vez nos encerramos en nosotros mismos y lamentablemente hacemos nuestro aquella expresión: “que cada quien se rasque con sus propias uñas”

Queridas familias, al estar próximos a celebrar la Navidad, tenemos que salir de este egoísmo, tenemos que prepararnos espiritualmente a través del Adviento; que éste sea un tiempo privilegiado para “adornarnos”, no sólo exteriormente con esferas, arbolitos, motivos navideños, piñatas, posadas, sino sobre todo adornar nuestro interior.

Recordar como las Sagrada Familia al llegar a Belén, pidió posada, y nadie le dio, como cantamos “aquí no es mesón, sigan adelante”; es un llamado a que en cada una de nuestras familias y sobre todo en nuestro corazón, podamos dar “posada” a Jesús.

Hoy muchas familias andan “pidiendo posada”, pues viven en la pobreza, más aún, en la miseria; otras tantas como migrantes, sin trabajo, sin oportunidades de desarrollo y crecimiento, sin posibilidades de atención a su salud, si nada que comer.

Que este tiempo de Adviento, podamos abrir nuestro corazón, saliendo de nuestro egoísmo, compartiendo con el que menos tiene, de nuestra misma pobreza, ya el Papa Francisco nos ha recordado, que hay que “amar al hermano no de palabra, sino de obras”.

Las obras de misericordia tienen que hacerse presentes, no de manera esporádica, sino de manera permanente, como un estilo de vida cristiano. “quien las hiciere con el más insignificante de estos hermanos, lo hace con Jesús mismo”.

Que todas las acciones, de este tiempo particular de adviento, sean una expresión de nuestra caridad cristiana. La Iglesia nos ofrece la oportunidad de solidarizarnos con el más necesitado, a través de sus celebraciones litúrgicas y tradiciones navideñas. Que los árboles de navidad, las piñatas, las posadas, la colocación del nacimiento en nuestros hogares, sean una oportunidad para vivir la caridad, y podamos dar hospedaje, de manera sensible y eficaz, a quien necesite, y podamos compartir lo que somos, sabemos y tenemos.

Que el niño Jesús nazca en el corazón de cada uno de nosotros y de sus familias. Feliz Navidad.

Pbro. Lic. Saúl Ragoitia Vega
Párroco Divina Pastora

Voz del Párroco

martes, 28 de noviembre de 2017

“LAS POSADAS”

28 de noviembre de 2017

Boletín Parroquial Missio, n.19


Las posadas son fiestas que tienen como fin, preparar la Navidad. Comienzan el día 16 de diciembre y terminan el día 24 de diciembre.

       Lo más importante de la Posada no es sólo su aspecto exterior, sino su significado interior. Se debe conocer por qué y para qué se llevan a cabo las tradiciones y costumbres para así poder vivirlas mejor.

       Los misioneros convocaban al pueblo al atrio de las iglesias y conventos y ahí rezaban una novena, que se iniciaba con el rezo del Santo Rosario, acompañada de cantos y representaciones basadas en el Evangelio, como recordatorio de la espera del Niño y del peregrinar de José y María de Nazaret a Belén para empadronarse. Las posadas se llevaban a cabo los nueve días previos a la Navidad, simbolizando los nueve meses de espera de María. Al terminar, los monjes repartían a los asistentes fruta y dulces como signo de las gracias que recibían aquellos que aceptaban la doctrina de Jesús, los aguinaldos.

        Las posadas, con el tiempo, se comenzaron a llevar a cabo en barrios y en casas, pasando a la vida familiar. Estas comienzan con el rezo del Rosario y el canto de las letanías. Durante el canto, los asistentes forman dos filas que terminan con 2 niños que llevan unas imágenes de la Santísima Virgen y de San José: los peregrinos que iban a Belén. Al terminar las letanías se dividen en dos grupos: uno entra a la casa y otro pide posada imitando a San José y la Santísima Virgen cuando llegaron a Belén. Los peregrinos reciben acogida por parte del grupo que se encuentra en el interior. Luego sigue la fiesta con el canto de villancicos y se termina rompiendo las piñatas y distribuyendo los "aguinaldos".

        Las posadas son un medio para preparar con alegría y oración nuestro corazón para la venida de Jesucristo, y para recordar y vivir los momentos que pasaron José y María antes del Nacimiento de Jesús. Debemos vivir las tradiciones y costumbres navideñas con el significado interior y no sólo el exterior para preparar nuestro corazón para el nacimiento de Jesús.

       Algunas personas te podrán decir que estas costumbres y tradiciones las ha inventado la gente para divertirse y los comercios para vender. Recuerda que hay mucho significado detrás de cada una y trata de vivir estas tradiciones con el sentido profundo que tienen. Así, el 24 de diciembre no solo será un festejo más, sino que habrás preparado tu corazón con un verdadero amor a Dios y a tu prójimo.

Pbro. Lic. Saúl Ragoitia Vega
Párroco 
Parroquia de la Divina Pastoral

Boletín “Missio”

domingo, 26 de noviembre de 2017

¡Viva Cristo Rey!

26 de noviembre de 2017, San Francisquito, Qro.

La Voz del Párroco, Boletín Parroquial Missio, n.18


El tiempo litúrgico culmina con la fiesta de Cristo Rey, y es precisamente eso “el culmen”, tal como lo expresamos con gran fe cuando cantamos “Que viva mi Cristo, que viva mi Rey, que impere doquiera, triunfante su ley”, es decir, que lo aceptamos totalmente en nuestra vida, por eso oramos en el Padre Nuestro “hágase Tú voluntad”, y no “mi voluntad”. 

Jesucristo vino a establecer su Reino, y nos ha llamado a ser parte y no solo eso, sino que de manera activa, somos invitados a participar construyendo y extendiendo su reinado a todas partes, tal como se expresa en la plegaria eucarística Vb del Misal Romano (Edición 1991) “Que tu Iglesia, Señor, sea un recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y de paz”.
Esta es precisamente nuestra tarea, de ir construyendo su Reino, que ya está presente, y haciendo posible el poder vivir el “cielo desde suelo”, pues por el bautismo, al ser ungidos, somos constituidos reyes, no “para ser servidos, sino para servir”, por eso oramos: “danos entrañas de misericordia ante toda miseria humana, inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado, ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido

El Reino de Dios, ya está aquí, con Jesucristo, somos parte de el, y llamados a construir, pero para entrar al Reino, se requiere ser como “niños”, no es un llamado a ser infantiles, sino ante todo es recuperar la pureza y la inocencia. Pureza de intención, en nuestras palabras, pensamientos, en la forma en que miramos; e inocencia, muchas veces mal entendida, como si quien es inocente fuera tonto, y no es así, quien vive la inocencia saca de su vida toda malicia; quien nos la quita es el pecado, que nos lleva a no hacer  la voluntad de Dios, sino lo que se nos pegue la gana, haciendo a un lado el reinado de Dios, y lo que impera, será entonces la “mentira, el odio, el libertinaje, la injusticia y la guerra”.


No podemos permitir que impere el mal, es el momento de proclamar a Cristo como nuestro Rey, recordemos que el mal que sufrimos no es por la maldad del malvado, sino por la apatía del bueno, esto lo entendieron bien nuestros mártires mexicanos, quienes dieron su vida por su fe, por su Iglesia, por el Reino, es el momento de levantarnos y trabajar por el reino y a una voz gritar: ¡Viva Cristo Rey!

martes, 24 de octubre de 2017

"¿LA MUERTE ES SANTA?"

Razones por las cuales no se debe dar culto a la llamada “santa muerte”.

1. Quien no conoce a Dios ante cualquier piedra se arrodilla.

Es lamentable que aun entre muchos católicos, que al no conocer a Dios, fácilmente se dejen seducir por visiones equivocadas que aparentemente pueden resolverles la vida, darles salud, darles buenas vibras, o resolver una crisis económica. No conocer a Dios, lleva fácilmente a la idolatría.

2. Hay crisis de fe.

En el fondo de esta devoción, no es solo por la fragilidad humana y por las necesidades materiales, es ante todo por una crisis de fe. Al no haber una auténtica evangelización y catequesis sobre nuestra fe católica, y más aún, por heridas o desilusiones sufridas por anti testimonio de muchos católicos, se vive esta crisis.

3. Es un engaño.

Es una invención de quien se quiere aprovechar da la ignorancia y sobre todo de la necesidad de las personas; es un abuso ante la debilidad, el dolor, el sufrimiento, la fragilidad humana. Y de manera astuta recurren a elementos que son significativos y tienen un valor religioso y cultural y los mezclan provocando confusión entre la verdad y el engaño. Por ejemplo, utilizar los elementos católicos, como auto nombrarse “sacerdotes” quienes dirigen este engaño, vestir a la que llaman muerte, como a la virgen, utilizar elementos como el agua, aceite, veladoras, ofrendas de manera arbitraria y supersticiosa, así como de ritos y liturgias que habilitan a su conveniencia manipulando, confundiendo y engañando. 

4. Es una secta.

El “obispo” que dirige esta secta no esta ordenado sacerdote. No es una Iglesia. Muchos católicos que adoran a la “muerte”, se han separado de la Iglesia Catolica.

5. La muerte, no es una persona o un ser, o una deidad. 

Se ha pretendido dar a la muerte la categoría de un ser, se le personifica y reviste con formas calavéricas, como si fuese una deidad. La muerte es una realidad constitutiva de la condición humana y que marca el fin de la existencia en este mundo. Como cristianos se convierte en una pascua, es decir, en un paso inevitable que hay que dar para resucitar y llegar al cielo.

6. La muerte fue vencida y acabada.

Cristo al morir en la cruz, venció la muerte con su resurrección; quien cree en Jesus aunque muera vivirá, es lo que profesamos en nuestra fe. Por tanto la llamada “santa muerte”, ya está vencida y acabada. La muerte entró por el pecado, y solo será vencida por la gracia de Dios, expresada en el misterio de la Cruz, pasión y resurrección.

7. No es “santa”.

Es fácil confundirnos, cuando se habla de “santa muerte”, “muerte santa” y que podamos tener una “buena muerte”; hemos dicho que la muerte fue vencida por Jesus con su propia muerte y resurrección, dar categoría de santidad, es obvio que no aplica, resultaría contradictorio, cómo santificar algo que se ha venido a destruir. Volvemos a la misión de Jesus, vino no a santificar la muerte, sino a vencerla, a destruirla, para darnos vida, y vida eterna. La confusión radica, cuando hablamos de una “muerte santa”, que no es lo mismo que “santa muerte”. Ciertamente lo que pedimos al Señor que cuando el nos llame, y tengamos que morir, pueda ser en paz, en serenidad, en estado de gracia, como decimos ¡que nos agarre confesados!, 

8. Es una superstición.

El culto a la “santa muerte”, se a convertido en una superstición, pues se le han atribuido acciones mágicas, siempre y cuando se pueda retribuir con “mandas” y pagos, que te solicita la “muerte”, llegando incluso a condicionar el favor o peor aún, que pueda sufrir el enojo o castigo.

9. Se invocan las fuerzas del mal.

Dar culto a la “santa muerte”, es invocar las fuerzas del mal, es por eso, que incluso no solo se piden a la “muerte” favores aparentemente buenos, hay quienes piden el mal, solicitan favores con intereses malvados. Basta ver quienes son muchos de sus “fieles”. Es adentrarse en el camino del mal, y de esto se vale el demonio; se provoca un daño en el alma, se lastima la conciencia, se afecta la voluntad, provoca la muerte interior.

10. Conmemoración de los Fieles Difuntos

Los católicos celebramos la conmemoración de los fieles difuntos, es decir, ofrecemos oraciones por su eterno descanso y pedimos para ellos que Dios tenga misericordia de sus pecados y les sean perdonados para que puedan gozar de la vida eterna, a esta oración se le llaman sufragios, el mejor es ofrecer la Santa Misa.
Colocar el altar de muertos, es para recordarlos, siguiendo una larga tradición, pero nunca en sentido de dar culto a la muerte.

Pbro. Lic. Saúl Ragoitia Vega
Parroquia de la Divina Pastora
Párroco.

Fascículo “Conocer para creer”

24 de octubre de 2017

domingo, 1 de octubre de 2017

"Candil de la calle...y de mi casa también"

1 de octubre de 2017, San Francisquito, Qro.

La Voz del Párroco, Boletín Parroquial Missio, n.17


En nuestros días la Familia se ve lastimada por innumerables ataques que hacen que, lo que la sociología ha llamado “célula vital de la sociedad”, se enferme afectando no solo a las personas, sino a la comunidad misma, recordemos la expresión a “familias fuertes, sociedad fuerte”, y al minarse la familia, por la mentalidad divorcista, las uniones libres, los intentos por paragonar las sociedades de convivencia como matrimonios, los atentados contra la vida, a partir de la mentalidad antinatalista, el aborto, los anticonceptivos, eugenesia, eutanasia, etc., se va debilitando la sociedad.

Sigue haciendo estragos el relativismo moral y el gris pragmatismo, que incansablemente el Papa Benedicto XVI a denunciado. Se pretende acusar a la Iglesia de anticuada y oscurantista, poco moderna y vanguardista, cuando no se ajusta a esta mentalidad que pretende relativizar la familia, el matrimonio y la vida, sacrificando su esencia y sus principios.

No podemos creer que ser moderno consiste en sacrificar los principios universales, para dar paso a concepciones equivocadas de la familia: de su origen (la unión de un hombre y una mujer que por amor deciden constituir por el matrimonio, con todos sus elementos, la comunidad íntima de vida y amor) y de sus fines (el amor conyugal y la transmisión de la vida).

Nuestra misión es que en cada hogar brille la luz de Cristo, que disipe todo tipo de obscuridad que entristece a la familia: la desunión, el divorcio, la violencia, las adicciones, la falta fe, etc., que cada una de nuestras casas sea un candelabro, por eso que bueno sería que cada quien se "candil de la calle... y de mi casa también".

Pbro. Lic. Saúl Ragoitia Vega.
Párroco Divina Pastora

Voz del Párroco

viernes, 1 de septiembre de 2017

“Dejen que los niños vengan a mi”

Con motivo de la Fiesta Patronal en honor a la Divina Pastora

01 de septiembre de  2017, San Francisquito, Querétaro.

La Voz del Párroco, Boletín Parroquial Missio, n.16


Queridas familias me dirijo a ustedes para invitarlos a celebrar con gran alegría nuestra Fiesta Patronal en honor a la Divina Pastora, oportunidad para para honrar y dar gloria a Dios de la mano de la Virgen María en esta hermosa advocación. La Fiesta es una oportunidad para que comunidad reavivemos nuestra fe y fortalezcamos nuestra manera de vivir en el barrio como verdaderos cristianos, discípulos de Jesús, dando testimonio de los valores del Evangelio.

En primer lugar, acrecienta nuestra fe, a través de la devoción, el novenario, el rezo del santo rosario, las procesiones, y sobre todo la santa Eucaristía, que es el centro de todo.

Nuestras tradiciones se ven fortalecidas, llenas de color, música de banda, expresiones culturales, flor y canto, danza de nuestros hermanos concheros, adorno de calles, el gallo, pirotecnia. Tradición que pone de manifiesto nuestra cultura a partir del hecho religioso y que es expresión de la vida del barrio, de los anhelos y esperanzas de nuestras familias, de nuestra identidad y amor que proclamamos cuando cantamos “Él es Dios”.

Es un acontecimiento solidario, donde se unen talenos, promueve la comunidad uniéndola por su tradiciones, como expresión del amor a la Virgen María, donde se colabora, se aporta lo mejor de sí, se “coopera para la fiesta”.

La fiesta patronal brilla con gran intensidad en medio de la ciudad, de nuestra urbe, de la modernidad de sus edificios y avenidas, y nos recuerda nuestras raíces, pone en evidencia los cimientos de la ciudad, que para algunos parecieran estar endebles, pero para nosotros, son tan fuertes, que son capaces de conjugar lo “moderno” y lo “antiguo”, la fe y la razón, la tradición y lo nuevo.

Al celebrar nuestra fiesta patronal, estamos actualizando nuestra cosmovisión y escribiendo nuestra historia como herencia a los mas jóvenes, por eso hemos querido hacer de la expresión de Jesús “dejan que los niños vengan a mi…” como la inspiración para nuestra fiesta. En efecto, que nuestros niños conozcan su raíces, sus tradiciones, y sobre todo su fe; que conozcan a Dios a través de sus fiestas patronales y de sus tradiciones, y que el día de mañana, sean no solo los que conserven y trasmitan a las generaciones esta tradiciones, sino sobre todo como hombres y mujeres de fe, sean la nueva generación transformadora de una mejor sociedad.


Pbro. Lic. Saúl Ragoitia Vega

lunes, 28 de agosto de 2017

Escuchemos a los abuelos

28 de agosto de 2017, San Francisquito, Qro.

La Voz del Párroco, Boletín Parroquial Missio, n.15


El Papa Francisco señala: «No me rechaces ahora en la vejez, me van faltando las fuerzas, no me abandones» (Sal 71,9). Es el clamor del anciano, que teme el olvido y el desprecio. Así como Dios nos invita a ser sus instrumentos para escuchar la súplica de los pobres, también espera que escuchemos el grito de los ancianos (cfr. Amoris Laetitia 191).

Esto es un llamado a todas las familias y a las comunidades a nos ser indiferentes y mucho menos a despreciar la vejez. Los ancianos son hombres y mujeres, padres y madres, que han caminado haciendo historia y de la cual nosotros somos parte, no pedemos hacerlos a un lado, “jubilarlos”, como si fuesen objetos desechables.

Hoy mas que nunca, ellos son nuestra memoria histórica, presencia de la gran experiencia de la vida, que nos pueden enseñar a vivir, con el consejo sabio, con la anécdota como enseñanaza de vida, con la palabra que nos recuerda de donde venimos y a dónde vamos.

Es importante sentarnos a escuchar al abuelo, que nos cuente de la vida, no importa que lo repita una y otra vez; sus historias pasadas iluminan nuestras historias presentes, y enseñan para las decisiones del futuro.

Los abuelos son garantía, muchas veces, de la transmisión de los grandes valores, es más, muchos son garantía de la iniciación a la vida cristiana de sus nietos.


San Juan Pablo II nos invitó a prestar atención al lugar del anciano en la familia ya que “sus palabras, sus caricias o su sola presencia, ayudan a los niños a reconocer que la historia no comienza con ellos, que son herederos de un viejo camino y que es necesario respetar el trasfondo que nos antecede. Quienes rompen lazos con la historia tendrán dificultades para tejer relaciones estables y para reconocer que no son los dueños de la realidad. Entonces, «la atención a los ancianos habla de la calidad de una civilización. ¿Se presta atención al anciano en una civilización? ¿Hay sitio para el anciano? Esta civilización seguirá adelante si sabe respetar la sabiduría, la sabiduría de los ancianos» (cfr. Amoris Laetitia 192).

sábado, 1 de julio de 2017

“A los Jóvenes de la Parroquia”

1 de julio de 2017, San Francisquito, Qro.

La Voz del Párroco, Boletín Parroquial Missio, n.14


Queridos jóvenes de nuestra parroquia, hace algunos meses el Papa Francisco a anunciado que el tema para el próximo Sínodo de los Obispos será el de los Jóvenes y lo ha expresado de una manera muy hermosa: “he querido que ustedes ocupen el centro de la atención porque los llevo en el corazón”.

Haciendo eco a esta voz, quiero expresar que también en nuestra comunidad parroquial ustedes “ocupen el centro de la atención, porque los llevo en el corazón”.

Como no tenerlos en el corazón, como los tienen sus padres, con esto manifestamos no solo nuestra preocupación por ustedes, sino nuestro amor.

Se que muchas cosas hay en su corazón y mente que les inquieta; se de todo a lo que tienen que enfrentarse en una sociedad como la nuestra, que muchas veces nos aturde por tanto ruido, se que pareciera que el futuro es incierto, que más que alentarnos, puede vaciarnos de sentido de la vida, ofreciéndonos modelos de ser, llenos de superficialidad; los medios de comunicación muchas veces nos distraen de lo importante y ejercen en nosotros tal influencia, que nos confunden y no nos dejan ver con claridad la verdad, los valores, nuestra fe.

Por eso, hoy quiero invitarlos a escuchar la voz de Dios, dejarse guiar por la acción del Espíritu Santo, no tengan miedo de acercarse y abrir su corazón a Jesucristo, les recuerdo que el es el camino, la verdad y la vida. En Él pueden encontrar todas las respuestas a sus interrogantes, la esperanza a su futuro, la razón de ser de la vida.

Se que Jesús está llamando a la puerta de tu corazón, no tengas miedo a abrirla y dejar que pase; ¡Atrévete a conocerlo!

Pbro. Lic. Saúl Ragoitia Vega
Párroco Divina Pastora.
La Voz del Párroco






"La Pastoral Urbana en nuestro Barrio"

    

1 de julio de 2017, San Francisquito, Qro.

Boletín Parroquial Missio, n.14

    
    Nuestra Parroquia se encuentra ubicada en el centro de la ciudad, y su característica fundamental la describimos de una manera tan esencial que lo conocemos como el Barrio de San Francisquito.

En efecto “somos barrio”, pero como tal, y ante el crecimiento de la urbe, enfrentamos nuevas realidades, tal como las describe el Documento de Aparecida, de la Conferencia Episcopal Latinoamericana: 
“La ciudad se ha convertido en el lugar propio de nuevas culturas que se están gestando e imponiendo con un nuevo lenguaje y una nueva simbología. Esta mentalidad urbana se extiende también al mismo mundo rural. (510) En el mundo urbano, acontecen complejas transformaciones socioeconómicas, culturales, políticas y religiosas que hacen impacto en todas las dimensiones de la vida. Está compuesto de ciudades satélites y de barrios periféricos.(511) En la ciudad, conviven diferentes categorías sociales tales como las élites económicas, sociales y políticas; la clase media con sus diferentes niveles y la gran multitud de los pobres. En ella coexisten binomios que la desafían cotidianamente: tradición-modernidad, globalidad-particularidad, inclusión-exclusión, personalización-despersonalización, lenguaje secular-lenguaje religioso, homogeneidad-pluralidad, cultura urbana-pluriculturalismo (512).
De esta realidad surge la necesidad de buscar nuevas formas a través de las cuales podamos hacer llegar el Evangelio a todos, con un nuevo ardor, es por eso, que hemos iniciado una Pastoral Urbana, que nos ayude como barrio, a hacer que en cada casa, en cada familia, brille la luz de la Buena Noticia de Jesús.
Como barrio, tenemos muchas posibilidades, pues este sentirme del barrio, habla de identidad, de arraigo, de tradición, de piedad, de gran fe, que aunque el mundo urbano avanza con muchas  transformaciones, como riqueza y a la vez como peligro, subyace la identidad de barrio; esta es nuestra fuerza y nuestra oportunidad para construir la Iglesia en las casas, desde las casas y con las familias. 
Desde la conformación de las Pequeñas comunidades, la pastoral de los enfermos, la atención a los ancianos, la piedad popular, los concheros, las tradiciones, los indígenas, los comerciantes, los artesanos, sobre todo nuestros adolescentes y jóvenes, la catequesis en los hogares, la celebración de la fe en las calles, etc. 
Y todo esto con el espíritu de Discípulos misioneros, a través de la Gran Misión Parroquial, desde la Pastoral Urbana en nuestro Barrio.
Pbro. Lic. Saúl Ragoitia Vega
Párroco de la Divina Pastora

Iglesia Peregrina


1 de julio de 2017, San Francisquito, Qro.

Boletín Parroquial Missio, n.14


Nuestro pueblo, es un pueblo peregrino, le gusta “caminar”, sobre todo a los santuarios para encontrarse con Jesus y con la Virgen María; miles de peregrinos dedican hasta semanas para agradecer, pedir, “pagar un manda” o simplemente por su fe y amor.

Esta expresión de fe de nuestro pueblo pone de manifiesto una verdad acerca de nuestra Iglesia, somo “Iglesia Peregrina”, haciendo referencia a todos los fieles que caminamos por este mundo a la Patria celestial, al cielo.

Veamos algunas características de este peregrinar:

1.   La esperanza: es un caminar-peregrinar que pone su esperanza en la meta final que es el Reino de los cielos. Esperanza que nos impulsa y alienta a enfrentar todo tipo de obstáculos, sabiendo que es Jesús mismo que nos acompaña y sotiene, pues Él es el “camino”, que nos guía por la verdad y la vida.

2.   Caminamos juntos, no vamos solos, es el sentido de comunidad ¡ay de aquel que camine solo, pues cuando tropiece no habrá quien lo levante!.

3.   Caminamos escuchando, como los peregrinos de Emaús, a quienes Jesús les explicó todo lo que las escrituras decían acerca de Él; no puede faltar la Palabra de Dios en nuestro caminar, pues es luz que ilumina el camino más oscuro, y que nos ayuda a no tropezar.

4.   En oración y canto, como diálogo de encuento cotidiano con quien sabemos que nos acompaña en nuestro peregrinar.

5.   Alimentándonos, tal como se expresa en la procesión cuando comulgamos en misa, (no es hacer “fila”); es una verdadera expresión de nuestro peregrinaje, donde somos alimentados con el “pan del cielo”, para resistir la tentación y vernos libres del mal. La Eucaristía verdadero alimento que nos sostiene, sobre todo en los caminos más agrestes de la vida.

6.   En solidaridad, ya que no podemos ser indiferentes con el que camina a mi lado, mucho menos con el que se encuentre tirado a la orilla del camino, recordemos al Buen Samaritano, excelente expresión de nuestro caminar solidario (no solitario).


7.   Como testigos, ya que nuestro paso no solo tiene que dejar huella, sino que tiene que ser un paso alegre, decidido, firme y vigoroso, pues somos portadores de una gran noticia, es decir del Evangelio mismo, pues somo testigos; de tal manera que por donde quiera que pasemos dejemos la dulce fragancia de la presencia de Dios, recordemos que fuimos ungidos con el santo crisma “perfumado”.