01de diciembre de 2021, San Francisquito, Qro.
Boletín Parroquial Missio, n.51
Han pasado mas de 19 meses, desde que inició la pandemia, hemos entrado en una nueva etapa en la que habiendo experimentado tantas de sus consecuencias, no podemos decir, “punto y aparte”, como si nada hubiese pasado, o como si no hubiésemos aprendido nada; sino “punto y seguido”.
En efecto, como punto y seguido, es decir, no podemos detenernos, tenemos que seguir caminando, la vida continúa pero con nuevos horizontes esperanzadores; ciertamente ha habido mucho dolor ante la muerte de los seres que amamos, por causas del covid-19, y además la enfermedad sigue latente y seguimos enfrentando tantas crisis. Pero es el momento de levantarnos, de ponernos de pie, y caminar con paso firme. De dar “punto y seguido”.
Es el tiempo en que renazca con mayor viveza la esperanza cristiana, que nos anima a poner toda nuestra confianza en Dios, y que nos anima a vivir con fe los signos de los tiempos; una oportunidad nos la da este tiempo del Adviento, como para preguntarnos ¿Qué hemos aprendido de esta crisis?
Tenemos que tomar conciencia de varias cosas:
- Nos hemos experimentado frágiles, se han tocado las fibras mas sensibles de nuestra humanidad, es el momento de voltear al cielo y saber que nuestra vida está en manos de Dios. No podemos seguir sintiéndonos autosuficientes y como si todo lo pudiéramos. Es el momento de vencer la soberbia de sentirnos “dios”.
- Nos hemos vuelto mas resilentes, es decir, hemos desarrollado la capacidad como personas para recuperarnos de situaciones complicadas y seguir avanzando hacia el futuro; es el momento en el que no podemos detenernos y quedarnos “tumbados”. Lamentablemente, quien no aprende de estas situaciones, corre el riesgo que cometer los mismos errores, y en vez de salir mejor, salimos peor. Ha sido tiempo de mucho aprendizaje.
- Hemos vuelto la mirada al hermano, en el cuidado del enfermo, en la generosidad solidaria con el más necesitado. Es el momento de crecer en la caridad. No podemos permitir ese otro tipo de pandmias, como el egoísmo, el individualismo. No podemos continuar con una actitud indiferente ante el sufrimiento de los demás, ni seguir siendo cómplices de una “cultura de la muerte”, donde la injusticia, la mentira, la violencia, el descarte, sigan imperando en una sociedad consumista, materialista y hedonista, que solo generan miedo, vacío, ansiedad, en definitiva, un sin sentido de la vida.
- Además, es tiempo de fortalecer el núcleo familiar, al “quedarnos en casa”, nos ha hecho valorar la belleza de la familia, como primera escuela de humanidad, como Iglesia doméstica, desde donde se vive, celebra y se testimonia la fe.
Es la oportunidad que hoy nos da nuestra fe, sobre todo en este tiempo de Adviento, tiempo de esperanza; es el momento en que cada uno de manera honesta y consciente, sobre todo como cristianos, reavivemos nuestra esperanza en Cristo Jesús, a quien con gran amor esperamos que nazca en esta Navidad, en nuestro corazón, en nuestra familia, en nuestra sociedad. Es el momento de dar vuelta a la página, no “como punto y a parte”, sino como “punto y seguido”.
Pbro. Lic. Saúl Ragoitia Vega
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