domingo, 31 de marzo de 2013

Dichosos los que han creído sin haber visto


El culmen de la cuaresma y de la semana santa es la Pascua de Resurrección, que  celebramos durante 50 días hasta la fiesta de Pentecostés.

Pero ¿qué es la resurrección?. Es increible como los apóstoles de Jesús, a pesar de los anuncios sobre este acontecimiento central de la fe, no alcanzaron a comprender.

El desenlace de la vida de Jesús en la cruz, significó para muchos el fracaso, el derrumbe de un personaje en el que había puesto sus esperanzas. Vemos el desconcierto de los apóstoles que corrieron atemorizados a esconderse  tras la aprensión de Jesús; las mujeres que esperaron tres días para ir al sepulcro, esperando encontrar el cadáver de su maestro; o los discípulos de Emaús, que regresaban a su casa llenos de tristeza y desepción.

Es claro que no habían entendido lo que Jesús les había dicho: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque esté muerto vivirá'" (Juan 11,25).

El mismo Jesús se hace presente antes de volver al Padre (Asención), a los discípulos de Emaus, que lo reconocen en la fracción del pan, a las mujeres, a quien el ángel les dice: “por que buscan entre los muertos al que está vivo”, o a los apóstoles, con quien come para depués enviarles como testigos de la resurrección; a Tomás, que ante su incredulidad, solo cae de rodillas para decir, “Señor mío y Dios mío” (Jn 20,28).

Hemos vivido la Pascua de resurrección, ¿qué significa para nosotros este acontecimiento? Soló me queda reflexionar en las palabras de Jesús resucitado a Tomas “¿has creído porque me has visto? Dichosos los que han creído sin haber visto” (Jn 20,29).

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