domingo, 31 de marzo de 2013

50 DIAS


Habiendo vivido la resurrección del Señor, nos quedan 50 días para continuar celebrando la pascua: PENTECOSTÉS.

No se acaba la pascua con el domingo de resurrección, sino que por el contrario, comienza la gran fiesta de 50 días pascuales..

Son 50 días en que tenemos la oportunidad como los apóstoles de Jesús en reforzar nuestra fe en el resucitado.

Son 50 días en que caminamos con Jesús como los discípulos de Emaús, para que nos explique las escrituras: todo lo que de él se dice.

Son 50 días en que nos dejemos iluminar por el Espíritu Santo y comprender que ahora somos testigos de la resurrección y como misioneros estamos llamados a anunciar este gran acontecimiento que vienen a dar sentido a la vida.

Días en que descubramos a la comunidad cristiana naciente a través de los Hechos de los Apóstoles, y en donde encontramos inspiración para las familias y comunidades cristianas actuales.

50 días pascuales que vienen a marcar todo un itinerario de vida espiritual a partir de los lugares teoógicos por donde pasó Jesús, recordemos como ya resucitado invita a sus discípulos a encontrarse en Galilea, para vivir su Cafarnaum y tener su culmen en Jerusalén: llamados, instruidos y enviados, hasta dar la vida en el servicio al Evangelio.

Dichosos los que han creído sin haber visto


El culmen de la cuaresma y de la semana santa es la Pascua de Resurrección, que  celebramos durante 50 días hasta la fiesta de Pentecostés.

Pero ¿qué es la resurrección?. Es increible como los apóstoles de Jesús, a pesar de los anuncios sobre este acontecimiento central de la fe, no alcanzaron a comprender.

El desenlace de la vida de Jesús en la cruz, significó para muchos el fracaso, el derrumbe de un personaje en el que había puesto sus esperanzas. Vemos el desconcierto de los apóstoles que corrieron atemorizados a esconderse  tras la aprensión de Jesús; las mujeres que esperaron tres días para ir al sepulcro, esperando encontrar el cadáver de su maestro; o los discípulos de Emaús, que regresaban a su casa llenos de tristeza y desepción.

Es claro que no habían entendido lo que Jesús les había dicho: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque esté muerto vivirá'" (Juan 11,25).

El mismo Jesús se hace presente antes de volver al Padre (Asención), a los discípulos de Emaus, que lo reconocen en la fracción del pan, a las mujeres, a quien el ángel les dice: “por que buscan entre los muertos al que está vivo”, o a los apóstoles, con quien come para depués enviarles como testigos de la resurrección; a Tomás, que ante su incredulidad, solo cae de rodillas para decir, “Señor mío y Dios mío” (Jn 20,28).

Hemos vivido la Pascua de resurrección, ¿qué significa para nosotros este acontecimiento? Soló me queda reflexionar en las palabras de Jesús resucitado a Tomas “¿has creído porque me has visto? Dichosos los que han creído sin haber visto” (Jn 20,29).

miércoles, 13 de marzo de 2013

TIEMPOS NUEVOS PARA LA IGLESIA.


Después de días llenos de expectativas y emociones, hemos recibido con gran alegría el nombramiento del nuevo Sumo Pontífice Francisco. Su aparición en el Balcón de la Basílica de San Pedro cautivó a todos. Su rostro apacible, se actitud sencilla y sus palabras que tocaron el corazón de todos.

Contra todo tipo de pronósticos, nuevamente Dios escribe la historia más allá del pensamiento humano.

Tenemos un Papa que es Latinoamericano, pero que es para todo el mundo.
Una Papa que nos invita a rezar, en un gesto de agradecimiento por Benedicto XVI, Obispo emérito.

Que nos invita a vivir la fraternidad, todos y juntos, Obispo y pueblo.

Un Papa que nos bendice, no sin antes pedir la oración de todos para que el Señor le bendiga: “la oración del pueblo, pidiendo la Bendición para su Obispo.”

Sin duda, un Papa que nos invita a vivir la humildad y la sencillez.

Son tiempos nuevos para la Iglesia, en donde cada uno de nosotros reavivemos nuestra identidad de cristianos; y la manera de sanar la heridas es vivir la coherencia, de pasara de ser católicos que dicen amar a Dios, pero no a la Iglesia, y mas aún, no ser practicantes, a católicos que conozcan, amen y pongan en práctica las enseñanzas de Cristo.

Un Papa que ha decide llamarse Francisco, evocando la figura de San Francisco de Asís, y así, adentrarnos en la espiritualidad de este gran santo que vino a transformar a la Iglesia.

Para muchos pareciera tener bajo perfil, para otros, un conservador; pero en definitiva el Papa es sucesor de Pedro, instrumento de Dios, llamado a anunciar la Buena Nueva de Jesucristo Nuestro Señor, único criterio de nuestro ser y actuar en el mundo actual.

Pbro. Lic. Saúl Ragoitia Vega

sábado, 2 de marzo de 2013

EL NUEVO PERIÓDICO PARROQUIAL “DIAKONIA”


Con gran alegría la Comisión Parroquial de Pastoral para la Comunicación Social da un paso más en su misión por comunicar a todos y por todas partes la Buena Noticia de Jesucristo, al retomar lo que antes era nuestro boletín Diakonía, y que ahora se transforma en periódico quincenal.

Sin duda, que ante los grandes avances de la comunicación, en donde el mundo digital a impactado de manera trascendente la manera de estar informados y de comunicarnos, tenemos la convicción de que nuestro periódico parroquial generará no solo comunicación e información, sino que además promoverá la comunión, pues queremos llegar a todos y crear lazos que nos unan como parroquia.

Nos inspiran las palabras de SS Benedicto XVI, que dirigió a los miembros de la prensa católica mundial, en octubre de 2010: “La prensa católica evoca de forma más directa, respecto a cualquier otro medio de comunicación, el valor de la palabra escrita. La Palabra de Dios ha llegado a los hombres y nos ha sido entregada también a través de un libro, la Biblia. La palabra sigue siendo el instrumento fundamental y, en un cierto sentido, constitutivo de la comunicación”.

Diakonia, significa servicio en la caridad, y esto es precisamente lo que nos mueve: servir a la comunidad haciendo uso de la prensa escrita, comunicando el mensaje del Evangelio, dando a conocer la vida parroquial, promoviendo la comunión, llegando a cada hogar de nuestra parroquia, como discípulos misioneros.



Pbro. Lic. Saúl Ragoitia Vega