1 de agosto de 2018, San Francisquito, Qro.
Boletín Parroquial Missio, n.27
Dentro de nuestra vida religiosa, como católicos, encontramos muchas expresiones en donde se ve reflejada nuestra fe y nuestro amor por las “cosas de Dios”, entre ellas, sin lugar a dudas está la Celebración de la Santa Misa, que es fuente de donde nutrimos nuestra fe y culmen a donde llega toda la vida cristiana, junto con las celebraciones del año litúrgico, además hay que subrayar, otras grandes fiestas, como la fiesta patronal en honor a la Virgen María en su advocación de la “Divina Pastora”, así como la fiesta de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, la Virgen de Guadalupe, y la fiesta de San Judas Tadeo.
Al respecto ofrezco esta reflexión acerca del sentido de las fiestas patronales, iluminados por la “Guía pastoral para la digna y provechosa celebración de las fiestas patronales”, titulado “Celebremos la fiesta”, de D. Mario de Gasperin, obispo emérito de Querétaro.
1. En primer lugar, ¿qué son las fiestas patronales?: “son un acontecimiento que marcan en lo hondo y por mucho tiempo la vida religiosa de una parroquia, de una comunidad católica y de cada uno de los participantes” (cfr. 1)
Por eso, como párroco, primer responsable, junto con quienes colaboran en la preparación, es para mi de gran interés el de preparar, celebrar y recoger los frutos y consecuencias de estas celebraciones. Es una oportunidad de hacer de las fiestas un gran acontecimiento evangelizador.
2. ¿Qué entendemos por hacer de las fiestas un acontecimiento evangelizador?
Es celebrar dignamente los misterios de la vida de Jesús, para que sea conocido, amado y celebrado con todo su esplendor para honrarlo. Además, queremos a travez de estas celebraciones dar respuestas, desde la fe, a las grandes interrogantes de la existencia. “Esta es parte de la sabiduría cristiana que recibe gracias a su fe , y que lo hace descubrir y experimentar la presencia salvadora de Dios, mediante la Santa Iglesia, la Virgen María y sus Santos” (cfr. 3)
Por tanto, toda fiesta patronal tiene sentido en cuanto que:
- Celebra el misterio de la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
- Se le de primacía a las celebraciones litúrgicas.
- Se valore la riqueza de la piedad popular, siempre cultivada y purificada al punto que exprese la madurez y autenticidad de la fe de la Iglesia.
- Se valore como una oportunidad para evangelizar y vivir la liturgia.
- Se de un impulso desde la fe para:
- Reforzar la convivencia fraterna
- Incrementar la solidaridad,
- Y lograr condiciones de vida más humanas y mas cristianas. (cfr. 5)
Teniendo presente todo esto, entonces podremos celebrar dignamente nuestras fiestas patronales con todas su expresiones.
3. ¿Cuáles son la grandes expresiones de nuestras fiestas y que se convierten en un acontecimiento evangelizador?
El novenario, la exposición solemne del Santísimo Sacramento (40 horas), las procesiones, Santo Rosario, las imágenes, la semana cultural, el gallo, la danza, la música, los fuegos pirotécnicos, las kermeses, etc., todas estas son expresión que ponen de manifiesto una comunidad en fiesta, y que a través de ellas puede expresar su participación activa y digna desde la fe. Por eso, hay que cuidar que cada una de ellas sean expresión de nuestro amor a Dios, a nuestra Iglesia, a cada uno de los miembros de la comunidad.
Si no tenemos presente el verdadero sentido de la fiesta, tal como lo hemos descrito, solo será una simple tradición sin contenido y vacía. Somos un pueblo en fiesta, y nuestras fiestas patronales, nos tienen que ayudar a ser mejores personas y mejores cristianos, todo tiene que apuntar a crecer e nuestra fe, ciertamente, pero sobre todo a fortalecer la vida de la comunidad de manera solidaria, eliminando el egoísmo, el individualismo. Es una oportunidad de vivir la alegría de ser hijos de Dios.
Pbro. Lic. Saúl Ragoitia Vega
Párroco Divina Pastora