martes, 1 de noviembre de 2016

“Con los pies en la tierra y la mirada en el cielo”

1 de noviembre de 2016, San Francisquito, Qro.

La Voz del Párroco, Boletín Parroquial Missio, n.6


La celebración de todos santos y fieles difuntos, nos recuerda la comunión que tenemos que tener con los santos y de la importancia de la oración por todos los que ya murieron. Muchas veces, aunque tengamos presentes estas dos celebraciones, parecieran muy lejanas; por una parte pedimos la intercesión de los santos, nos encomendamos a ellos, les tenemos cariño y devoción, pero nos olvidamos de cómo ellos alcanzaron la santidad y de cómo cada uno de nosotros está llamado también a ser santo. Nos parece una realidad muy lejana y hasta exclusiva de los sacerdotes y religiosos (as) pero es un llamado a todo bautizado.

He tenido la oportunidad de estar presente en la canonización de San José Sánchez del Río, un adolescente de 14 años que murió por su fe, por Cristo, por su Iglesia sin ningún titubeo, durante la persecución religiosa en México, llegando a confesar a su madre para que lo dejara alistarse a la causa “mamá, nunca había sido tan fácil ganarse el cielo como ahora, y no quiero perder la ocasión”. Es un hermoso ejemplo de quién tiene presente el cielo en su vida. Que toda nuestra vida sea un continuo mirar al cielo de la mano de los santos que, además de interceder, sobre todo nos dan ejemplo de gran santidad, que sí es alcanzable para todos.

Por otra parte, respecto de los fieles difuntos, ciertamente pedimos por ellos, pero no nos gusta pensar en la muerte, le rehuimos, es más, ni mencionarla, cuando es una realidad que todos tendremos que “vivir”; claro que quien no tiene esperanza en el cielo, como los santos, ni para que acordarse; y para quien sí, prefiere evadirla, no pensarla; pero yo creo que quienes creemos en la resurrección, aún cuando estamos demasiado arraigados a este mundo terrenal, tenemos que prepararnos para un bien morir en Cristo; quien vive con Él, muere con Él y resucita con Él. 

Que estas celebraciones nos ayuden a un mejor vivir, siempre con los pies en el la tierra pero con la mirada en el cielo.

Pbro. Lic. Saúl Ragoitia Vega
Párroco Divina Pastora

Voz del Párroco